Satisfacer nuestras necesidades de
salud, empleo y vivienda digna es fundamental para crecer y desarrollarnos.
Desde que nacemos, la vida en
comunidad permite nuestro desarrollo emocional. Así aprendemos a sentir afecto
ya conocer diversos sentimientos, como el apego y la preocupación por los
otros.
Las relaciones sociales satisfacen nuestras necesidades de sentir y
saber que pertenecemos a aun grupo. Este sentido de pertenencia hace que surjan
de manera espontánea, valores como la solidaridad, la consideración y el
respeto.
Sentirnos queridos y aceptados nos
ayuda a desarrollar seguridad, y a ser capaces de trazarnos metas que den
sentido a nuestra vida.